La familia y la educación durante años ha estado ligada bajo la necesidad y la búsqueda de generar aprendizajes con sentido en los niños y jóvenes de nuestras comunidades, ha estas realidades se les suma las TIC “…la educación se encuentra ante la eventualidad de hacer un giro radical, de naturaleza similar a aquellos otros, que dieron origen, sucesivamente, a la escuela, luego a la educación pública, y más adelante a la enseñanza masiva; las tres revoluciones que han alterado de forma sustantiva, la forma de concebir y producir la educación.” Brunner (2000) considero que esta revolución educativa que estamos viviendo es donde la escuela sede el paso a otros medios por los que se tiene contacto con la información, se puede decir que deja de ser el canal único mediante el cual las nuevas generaciones entran en contacto con el conocimiento y la información y se transforma en una herramienta donde se desmiente el mito de aprendizaje mágico y es en este proceso que la utilización de la didáctica a la suma de nuevas tecnologías generan un verdadero aprendizaje significativo.
La necesaria relación familia-escuela cobra, por tanto, un especial protagonismo que se plasma, a partir de este momento, en un compromiso digital, un compromiso en el cual no involucrarse en el acercamiento que viven nuestros niños y niñas a las nuevas tecnologías los convierten en huérfanos digitales. Son las familias, junto con los maestros y maestras, los que mejor pueden servir de referente de comportamiento para enfrentarse a las diversas situaciones que puedan darse en el entorno digital Sin un referente de comportamiento no sabrán enfrentarse a los dilemas éticos que se les planteen. Serán más propensos a desarrollar hábitos poco saludables y estarán más expuestos a los posibles riesgos.
En muchos casos el primer encuentro cercano con las tecnologías se da en el interior del hogar, ya sea en la utilización de un ordenador o en la simple utilización del televisor, radio, reproductores de videos, videos juegos, etc. En el contexto de mi comunidad el manejo de la nuevas tecnologías se aprende casi en un 80% en la escuela (al hablar de nuevas tecnologías me refiero al uso del ordenador) ya que un gran porcentaje de la población manifiesta no poseer conocimientos en el manejo de computadores o internet, en otros casos no se cuenta con estas herramientas tecnológicas en el hogar, este dato ha sido el reflejo del estudio socio demográfico realizado en la comunidad.
Por lo que la relaciones entre estas tres realidades se hace más estrecha, y es aquí donde la escuela se convierte en un facilitador para toda la comunidad para el aprendizaje y apropiación de nuevas tecnologías. En muchos casos los padres y maestros nos sentimos en desventaja frente al manejo de las herramientas tecnológicas, generando esto cierto malestar e incertidumbre, se ha estudiado que los adultos necesitan sentir confianza en sus propias habilidades para aprender a usar la tecnología y una mayor explicación sobre los posibles usos que podrían resultar de su interés, de lo contrario sienten que lo que están por aprender no sirve para nada y lo ven como una pérdida total de tiempo. El tomar conciencia de que nuestros hijos y alumnos están viviendo una etapa diferente a la nuestra, que la forma de jugar, relacionarse y aprender es diferente a la nuestra concientizarnos del que son “niños digitales” nos puede ayudar en gran medida a entender el por qué es necesario el uso de las TIC en su vida cotidiana.
Los padres, las madres y docentes necesitamos el conocer las TIC para decidir cómo queremos educar con respecto a ellas, ayudar a obtener todas las ventajas y beneficios que aportan, y proteger de los riesgos. Pero, sobre todo, necesitamos conocer estas tecnologías para poder argumentar y negociar con nuestros hijos, hijas y estudiantes, y así no sentirnos en desventaja y sin autoridad en el proceso educativo.
La educación en TIC no se limita a una cuestión de competencia técnica. Quizás nuestros niños y jóvenes tengan mucho que enseñarnos sobre “cómo” usar las TIC, pero son las madres, los padres y docentes los que debemos enseñarles “qué” hacer con ellas, “para qué” utilizarlas, y a hacerlo de un modo provechoso, responsable y seguro.
El uso de las TIC es hoy tan indispensable como la adquisición de nociones tan básicas como leer y escribir. Buena parte de las posibilidades de actuación que uno tiene sobre la realidad dependen de las capacidades de interactuación con las TIC que posea. Además el incremento del desarrollo social, se han impuesto nuevas formas de interacción que antes no existían como lo son los foros, redes sociales, bitácoras, wikis, etc., el internet y las TIC, suponen una fuente inagotable de conocimiento que puede ser aprovechada por padres e hijos, tanto para formarse como educadores (los primeros), como para ser educados (los segundos). Así mismo las posibilidades para el entretenimiento y la diversión, se pueden realizar muchas actividades que, además de ser divertidas, nos nutren en lo personal, algo que nos hace entrar en la dimensión más positiva del ocio dada la gran interactividad y la diversidad de información a la que podemos acceder a través de las TIC, estos medios tienen unas enormes posibilidades para realizar actividades de ocio dotadas de un gran potencial educativo. Cuando utilizan las TIC, nuestros niños, muchas veces sin saberlo, están aprendiendo a la vez que juegan.
Para apropiarnos del uso de las nuevas tecnologías lo indispensable es hacer de estas nuestras aliadas como algo así:
En el momento de brindar a sus hijos o hijas un teléfono móvil tengamos en cuenta que debemos enseñar la utilidad básica del teléfono antes que los juegos o aplicaciones que este tenga, esta es una gran herramienta de seguridad para nuestros hijos, que siempre nos pueden localizar cuando lo necesiten y nos permiten estar siempre en contacto, hay un teléfono adecuado dependiendo de la edad, el teléfono ha de ser más sencillo y simple cuanto más pequeño es el niño o la niña. La primera razón es para que tengan clara su función, pero también para que no se convierta en un objeto de deseo para unos o de frustración para otros, otra forma de brindar seguridad a nuestros hijos es el asignar los números de la familia a teclas rápidas, que es un procedimiento sencillo que incluye el manual del aparato, de esta manera podrá llamarnos más deprisa cuando esté en una situación de emergencia.
Los videos juegos en muchas ocasiones se convierten en motivo de temor o discusiones con nuestros hijos, el buen uso que le podamos dar a este medio tecnológico depende de que tanto conocemos de él, es equivocada la concepción que tenemos de los videos juegos como exclusivos para los niños y jóvenes, al igual que las películas, los juegos están clasificados según la edad de los jugadores, así como los contenidos que en ellas se encuentran, todo está normatividad se encuentra el código PEGI (Pan European Game Information)
El sitio idóneo, para jugar en nuestra casa es la sala de estar, ya que este es un sitio de reunión familiar, por lo que el hecho de que la consola de videojuegos esté ahí fomenta un uso de la tecnología integrada dentro de la rutina familiar, en la que los niños pueden compartir su experiencia con sus padres.
Procure definir con antelación a qué pueden jugar sus hijos, durante cuánto tiempo y en qué momento. Si no están de acuerdo con su decisión, explíqueles los motivos de la misma.
Trate de buscar un resumen o una reseña del contenido del juego o, aún mejor, practique el juego usted mismo primero.
En cuanto al computador este se puede convertir rápidamente en el juguete preferido, pero no debe sustituir al compañero o la compañera de juegos. Es una herramienta de aprendizaje y comunicación, con la cual podemos enseñar a organizarse permitiendo que tengan su propio espacio dentro del ordenador: su propio escritorio, su propio fondo de pantalla, su propia lista de favoritos, su propio sistema de carpetas. De esa manera protegemos nuestros datos y les hacemos responsables de los suyos, es importante especificar el tiempo para utilizar el ordenador, debe ser un tiempo medido, con un final previamente conocido y consensuado, el tiempo que pasan delante del ordenador debe ser de calidad, como todo aquello a lo que se dediquen. Por eso es necesario que aprendan a elegir.
Para concluir la mejor manera de proteger a los niños no es espiarles o prohibirles el acceso a las TIC, estas son solo soluciones temporales que darán frutos a largo plazo. Solo ganaremos su desconfianza.